
Entre esos retos también se incluye la necesidad de un enfoque holístico de los problemas del desarrollo sostenible, de cara a la Conferencia de Naciones Unidas sobre ese tema (Río+20) en junio próximo en Río de Janeiro.
Los esfuerzos en esa dirección aparecen en una propuesta elaborada por Bolivia y el resto de los países de la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América (ALBA), respaldada ahora por el Grupo de los 77 (G-77) más China.
La iniciativa fue delineada aquí por el jefe de delegación boliviana en las actuales negociaciones del documento final para la cita de Río+20, René Orellana Halkyer.
El texto contiene párrafos dedicados a los problemas relacionados con el derecho humano al agua, la armonía con la naturaleza, el enfoque holístico del asunto y la seguridad alimentaria.
Asimismo, aborda el reconocimiento del rol de los pueblos indígenas en la conservación de las semillas, la agrobiodiversidad y el medio ambiente, y el respeto y fortalecimiento de los derechos de esas comunidades.
Otros puntos tienen que ver con la alta vulnerabilidad de las montañas ante el cambio climático, la necesidad de una profunda reforma del sistema y la arquitectura financiera global y de transformar los patrones insostenibles de consumo y producción.
Según explicó Orellana, también se insiste en el reconocimiento y respeto de la existencia de diferentes modelos, visiones, políticas y herramientas, definidas soberanamente por cada país.
Otro aspecto destacado es la importancia de admitir que las estrategias de crecimiento económico basadas en el mercado son insuficientes y no garantizan ni aseguran un crecimiento económico equitativo ni resuelven los problemas de pobreza, salud, educación y pleno empleo.
Con respecto a los asuntos de la Madre Tierra, el texto del G-77 más China afirma ahora que ese concepto expresa la interdependencia que existe entre los seres humanos, otras especies de vida y el planeta Tierra.
Por eso, reafirma la necesidad de promover la gestión integrada sostenible de los recursos naturales y los ecosistemas que aseguran el crecimiento económico, al tiempo que permita la restauración de los ecosistemas, la regeneración y su adaptación.
Subraya el convencimiento de que para lograr un justo equilibrio entre las necesidades económicas, sociales y ambientales de las generaciones presentes y futuras hay que promover la armonía con la naturaleza y la Tierra.
Deja una respuesta