Furor en Miami entre los militantes “anticastristas”: el cardenal Jaime Ortega Alamino, arzobispo de La Habana, ha calificado de “delincuentes” a 13 opositores que ocuparon un templo habanero y fueron invitados a salir del lugar poco antes de la visita papal.
“No fueron sacados a la fuerza. Ellos eran un grupo que, me apena mucho, pero todos eran antiguos delincuentes”, afirmó Ortega. “Había un ex preso cubano que había sido devuelto a Cuba, había estado seis años en la cárcel, y fue una de las personas excluibles que fueron mandados a Cuba […]. Había toda una gente allí sin nivel cultural, algunos con trastornos sicológicos”.
Ortega se presentó el martes en el foro Iglesia y Comunidad: un diálogo sobre el rol de la Iglesia Católica en Cuba, reporta la prensa de Miami. El foro fue auspiciado por el Centro de Estudios Latinoamericanos David Rockefeller, de la Universidad Harvard, en Cambridge, Massachusetts.
Con voz pausada, Ortega manifestó que la ocupación de la Basílica Menor de la Iglesia de Nuestra Señora de la Caridad, en Centro Habana, el 13 de marzo, fue organizada desde Miami. También afirmó que hay grupos “que dañan mucho a cualquier tipo de oposición o disidencia”, explicó.
El desalojo duró apenas 10 minutos. Fueron reducidos a golpes, empujones y patadas. Los opositores fueron trasladados a la 4ta. estación de la Policía Nacional Revolucionaria. Horas después se ordenó su liberación.
Sobre un encuentro que tuvo con el prelato miamense Agustín Román y sus recomendaciones sobre cómo abordar sus homilías, Ortega dijo que siguió las sugerencias por su experiencia y conocimiento de la realidad.
“Román, me llamó aparte y me dijo: “En tus discursos, en tus homilías, tú hablas de reconciliación. No menciones esa palabra en Miami’”, recordó Ortega. “Me costó quitarla pero él conocía mejor el terreno que yo. Pero es terrible que un obispo, que nosotros tengamos que callar esa palabra que es nuestra, que es propia del cristianismo”.
Román, de 83 años, murió el 11 de abril de un paro cardíaco en la casa parroquial de la Ermita de la Caridad del Cobre, en Miami.
Bajo el liderazgo de Ortega, la Iglesia Católica y el gobierno cubano iniciaron un diálogo.
La presentación de Ortega se realizó una semana después de que el obispo Richard E. Pates, de Des Moines, Iowa, presidente del Comité de Justicia Internacional y Paz de la Conferencia de Obispos Católicos de EEUU, recomendara al presidente Barack Obama que restablezca las relaciones diplomáticas con Cuba. Pates pidió también que se levanten las restricciones de viajes para promover la libertad religiosa y los derechos humanos en la isla.
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