P0r:Arthur González.
Acostumbrada a mentir y tergiversar la realidad cubana, situación que la ha llevado a ser la cubana más premiada desde 1492, Yoani Sánchez Cordero, arremete nuevamente contra las reformas a la “Ley Migratoria” para hacerles la gracia a los enemigos de Cuba. Para ella el sueño de muchos cubanos es poder salir del país sin restricciones, lo cual aseguró en un artículo de opinión, publicado el 22.04.2012 en el diario “The New York Times”.
Volviendo a tergiversar la verdad expuso que “La tarjeta blanca es una pieza de los absurdos migratorios que impiden a los cubanos salir y entrar libremente en su propio país”,…”es como un Muro de Berlín, pero sin cemento, con papeles y sellos”.
Es bueno que se conozca que la llamada “tarjeta blanca” era la notificación que las oficinas de Inmigración y Extranjería remitían, vía correo postal, comunicando a los ciudadanos que pasaran a recoger su pasaporte con el permiso de salida, pero la misma se erradicó desde hace seis años. Desde hace más de un lustro para tramitar su salida los cubanos deben presentar su pasaporte con la visa correspondiente, sin la cual no son atendidos.
Yoani Sánchez no dice toda la verdad. El muro real que impide a los cubanos y cubanas salir de la isla es la no obtención de un visado, el cual es realmente un dolor de cabeza obtener. Por solo citar un ejemplo, la Sección de Intereses de los Estados Unidos en la Habana no atiende a nadie que no haya obtenido un turno previo a través de Internet, debiendo llenar por esa vía el formulario correspondiente, por cierto bastante engorroso y de varias páginas. Para que se tenga una idea, ya los turnos para solo ser entrevistado están para el primer trimestre del año 2015 y a la mayoría de los solicitantes se le niega la visa de visitantes temporales.
Pero claro está, Yoani no requiere de este trámite, pues ella es una de las niñas mimadas de los yanquis, porque trabaja en función de reforzar sus campañas mediáticas contra su pueblo cubano. Entra y sale de esa Sección y de otras embajadas europeas como si fuese una diplomática más. Se conocen los motivos, no hace falta comentarlos.
Es posible que a ella el gobierno cubano no le otorgue el permiso de viaje aunque muestre sus visas. Se sabe perfectamente que es invitada para ser preparada y entrenada por los norteamericanos para sus acciones contrarrevolucionarias, lo que ya sucedió cuando decidió voluntariamente residir en Alemania y Suiza.
Los “altos muros del sectarismo ideológico y los grilletes” están en los consulados extranjeros que limitan el otorgamiento de las visas, las que cuestan bien caras. Solo la visa temporal para los EE.UU. vale $ 160 dólares, para emigrar $ 230 y si es para un contrato de trabajo $ 405 dólares, sin contar la toma de las huellas dactiloscópicas que cuestan casi $100 más.
¿Por qué no cuenta estas realidades? ¿No son a caso muros ideológicos y grilletes para nosotros los que no conspiramos contra el gobierno cubano?
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