Por Arthur González:
En una acción de evidente manipulación política fabricada desde Miami y bajo la sonrisa del gobierno norteamericano, el Comité de la Organización de Naciones Unidas (ONU) que “vigila” el cumplimiento de la Convención contra la Tortura y otros Tratos o Penas Crueles, Inhumanas o Degradantes, le ha pedido cuentas al gobierno cubano por las supuestas “2.400 detenciones” practicadas en 2012.
Un grupo de expertos entre ellos la noruega Nora Sveaass, el español, Fernando Mariño Menéndez y otros dos más, han mostrado una actitud bastante hostil hacia Cuba, siguiendo una línea de conducta coincidente con la mafia anticubana de Miami.
Con el empleo de la contrarrevolución asalariada del gobierno norteamericano como fuentes de información, o mejor dicho de desinformación, los expertos se dejan llevar por la manipulación mediática pagada con parte de los 20 millones de usd anuales que destina el gobierno norteamericano, para tratar de distorsionar la realidad de Cuba.
Lo más risible del caso es la mención a personajes que distan realmente de ser disidentes, como Orlando Zapata, quien fuera convertido de la noche a la mañana en un opositor, cuando realmente fue un alcohólico con antecedentes delictivos, manipulado por Miami hasta su muerte, algo que su propia madre Reina Luisa Tamayo declaró públicamente en la CNN, al comprobar que una vez en los EE.UU. fue abandonada a su suerte por sus patrocinadores, viéndose de pronto limpiando suelos y cuidando enfermos, ya que su escasa preparación académica y educacional no le da para más, al igual que el resto de los 11 familiares que la acompañaron en su emigración.
Otro de los casos por los que se interesaron fue el de Wilman Villar Mendoza, personaje que fue también elevado a la categoría de “opositor” y realmente era un abusador consuetudinario de su propia esposa, a la cual golpeaba cada vez que se tomaba dos tragos de ron, por lo su suegra lo denunció, siendo la causa primaria de su detención por agentes de la policía, a quienes también agredió, siendo finalmente condenado.
Por supuesto, esta maniobra es parte de las acciones que se están llevando a cabo desde EE.UU. para mantener el pretexto de la Guerra Económica, ante el temor de que por el creciente desgaste de la Unión Europea en su posición común contra Cuba, se inicien acuerdos bilaterales que lleguen a erosionar las sanciones impuestas a propuestas del ex presidente español José María Aznar, condecorado por los grupos contrarrevolucionarios de Miami. Igualmente, el grupo de congresistas de origen cubano en los EE.UU. ven con mucha preocupación el incremento de visitas de norteamericanos a la Isla, los que comprueban las mentiras y tergiversación de la situación interna, algo que hace peligrar el apoyo de los propios ciudadanos yanquis a la actual política contra Cuba.
Hoy Estados Unidos y Europa mantienen una política de represión contra todos los que exigen más libertad de expresión, derecho al trabajo, a la educación y a los servicios de salud, ejemplos sobran.
En la televisión se comprueba el salvajismo de las represiones policiales en estos países, apoyados por la promulgación de nuevas leyes como las que aprobará España contra los manifestantes que se entrelacen con los brazos y se lancen al suelo, o Canadá a los empleen caretas en las protestas callejeras o los británicos y norteamericanos a los que utilicen las tecnologías de las infocomunicaciones para convocar manifestaciones públicas. Nada de esto se ha visto en Cuba.
Entonces, ¿donde está la preocupación de los expertos del Comité de la Organización de la ONU que “vigila” el cumplimiento de la Convención contra la Tortura y otros Tratos o Penas Crueles, Inhumanas o Degradantes, ante las salvajes represiones que se dan en los EE.UU. contra los ocupantes de Wall Street o como la de los últimos días en Chicago o la ciudad alemana de Frankfurt donde fueron arrestados en un solo día 400 ciudadanos que protestaban contra el banco central de Europa, o las represiones salvajes y arrestos contra cientos de miles manifestantes en España por los recortes a la salud y educación, la falta de empleo y el desalojo de las viviendas?
¿Por qué no se interesan por la represión, agresión y detenciones contra los jóvenes chilenos que llevan meses de manifestaciones, sometidos a chorros de agua, gases lacrimógenos y detenciones injustas por solicitar mejores condiciones para estudiar y dar posteriormente sus conocimientos a su propio pueblo?
¿Qué dirán de lo que sucede aun en la base naval yanqui en Guantánamo? ¿Y de los métodos de tortura que emplean los norteamericanos que dicen? Poca credibilidad tiene un organismo que se basa en las informaciones de mercenarios al servicio de una potencia extranjera.
En vez de preguntarle a Cuba deberían preguntarles a los yanquis por las muertes causadas al pueblo libio en sus bombardeos con uranio empobrecido, el pago de mercenarios terroristas contra Siria, la muerte de miles de inmigrantes latinos durante el cruce por la frontera con México y los bombardeos contra Pakistán con aviones no tripulados.
La posición que asume el Consejo sin dudas huele a proyecto made in USA.
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