En los últimos días la prensa española, especialmente la más reaccionaria, se está haciendo eco de la campaña mediática diseñada en EE.UU. para tratar de crear desasosiego en el pueblo venezolano, en torno a la salud del presidente Hugo Rafael Chávez Frías, ante las próximas elecciones presidenciales de noviembre.
Sin el más mínimo pudor los periodistas que se prestan para este juego satánico, se burlan de los tratamientos, partes médicos e incluso le pronostican los días que dicen le quedan de vida.
¿Se puede ir a misa los domingos con la conciencia limpia después de hacerse participe de estas campañas mediáticas sobre la salud de un ser humano que tiene hijos, nietos, padre y madre? ¿Cómo se enfrentan a Dios estos pecadores que atacan a otros de forma tan inhumana?
¿No es acaso un derecho humano vivir y desear curarse de una enfermedad que no tiene nombre, ni sexo, ni ideología, raza o preferencia sexual?
Estoy seguro que el corresponsal del diario español ABC en Washington, puede regocijarse por avizorarle, implícitamente, la muerte al presidente venezolano, pero no podrá negar que la falta de ética y valores que demuestra son más tangibles y objetivas que la propia noticia que intenta convertir en verdad absoluta.
Lo que demuestra el autor es su naturaleza y a quienes sirve.
Si tanto le interesa el tema de salud, ¿por qué no se atrevió a contar nada sobre la salud de su Rey Don Juan Carlos de Borbón, ni comentar de su reciente zafarí por África para matar elefantes, en violación de la resolución que prohíbe tal acción contra animales protegidos, donde sufrió lesiones importantes tras una caída?
La Santa Mambisa 
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