Lo que omitió la contrarrevolución.


Mucho se ha especulado respecto al Permiso de Salidade Cuba, acusando al gobierno de impedir el libre movimiento de sus ciudadanos hacia el exterior, pero nunca se explica la verdad del asunto.

En esta línea de actuación, casi siempre impulsada desde Miami y Langley, Virginia,  el auto titulado Movimiento Cristiano Liberación (que no lo conoce nadie en el archipiélago Cuba), en la débil voz de su “presidente” Oswaldo Payá Sardiñas, quien declaró a la prensa extranjera acreditada en la Habana, que ha exigido a los diputados de la Asamblea Nacional en la Isla, leyes que garanticen a los ciudadanos cubanos su derecho a entrar y salir libremente del país, la liberación de todos los presos políticos y elecciones libres en Cuba.

Lo que no dice Payá Sardiñas es que para salir de Cuba lo primero que se requiere es de un visado otorgado por el país hacia donde Ud. pretende viajar y es ahí precisamente donde se le traba su ilusión, pues sin la visa no puede ni obtener un boleto en una línea aérea, ni acudir a las oficinas de inmigración a tramitar su salida.

Pero es justamente la visa lo que resulta una quimera para nosotros y de eso nunca se quejan los diplodisidentes, pues para ellos siempre se otorga, mientras que para el resto, que somos millones, no es nada fácil lograrlo. Para que se tenga una idea, hoy los turnos solo para ser entrevistado por uno de los cónsules o vicecónsules norteamericanos en su Sección de Intereses en la Habana, están para el 2do semestre del año 2016. España solicita tantos requisitos que es una odisea lograr un visado, entre ellos una carta de invitación, el DNI del español o española que invita, una constancia legal de su solvencia económica, depósito bancario, etc.

A esto se le suman los costos de las visas, pues solo la solicitud de entrevista en la Sección de Intereses de los EE.UU. cuesta $ 160.00 dólares y si le piden las decas o huellas dactiloscópicas son casi $ 80.00 dólares más, si le deniegan la visa, lo perdió todo sin derecho a devolución. ¿Se le olvidó esto a Oswaldo Payá?

Francia, Italia, Alemania, ni soñarlo, es más fácil subir al pico Turquino que ver la visa estampada en el pasaporte; en fin que a los cubanos no se nos permite  hacer turismo, bajo el pretexto de que somos presuntos emigrantes, como si mexicanos, dominicanos, colombianos, hondureños, srilanqueses, indios, malasios, nigerianos, kenyanos y palestinos no lo fueran en mayor cantidad que los cubanos.

Por supuesto, para dar la idea de supuesta coacción a la libertad hay que echarle mano al permiso de salida, eso es más mediático y crea más rechazo, pero en Cuba lo que impide la reunificación familiar, las visitas e incluso el deseo de emigrar, incluidos algunos contrarrevolucionarios, es la VISA, no el permiso.  Si quieren comprobarlo con acercarse a la fila que hacen los cubanos frente a la Sección de Intereses de los EE.UU. es suficiente; sino  con una simple llamada a las embajadas de España, Italia, Francia, Alemania, Panamá o República Dominicana bastarán para conocer los requisitos que le solicitan a los cubanos para acceder al visado y así podrán sacar sus propias conclusiones. Los invito a comprobarlo.

Sobre el  supuesto reclamo del derecho de expresión no vale la pena hablar, si no existiese en Cuba,  él y sus compinches que se pasan el día y la noche hablando mal del gobierno, falseando informaciones y conspirando abiertamente contra el régimen, no estuvieran en la calle otorgándole entrevistas a corresponsales de prensa, diplomáticos, turistas y hasta las que se brindan ellos mismos frente a los espejos, dada la necesidad de reconocimiento que tienen. Así son las campañas mediáticas contra Cuba.

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