Anualmente el Departamento de Estado de EE.UU. publica una lista de aquellos países a los que consideran que restringen la liberad religiosa, sin embargo en la misma nunca aparecen ellos como parte de los estigmatizados.
Si los norteamericanos no son parte de los que en el mundo coartan la libertad de los creyentes y persiguen a los que profesan religiones diferentes a las de la mayoría de los norteamericanos, entonces ¿cómo calificar a los que hacen filmes en su propio país satanizando a los seguidores de Mahoma y sus doctrinas recogidas en el Corán?
El resultado: una gran repulsa popular, en algunos casos incontrolables, por los que creen en Alá con consecuencias nefastas.
El responsable: un norteamericano de los tantos que aupados por sus políticas discriminatorias se lanzan a trasladar ofensas contra otras religiones.
La respuesta gubernamental: ninguna, solo represiones policiales hacia los creyentes, pero al verdadero causante de ellas, libre y sin señalamientos críticos.
Por supuesto que esta acción puede tener varias lecturas y una de ellas, teniendo en cuenta otros antecedentes, de que fue creada por los propios Estados Unidos para tener un fuerte pretexto con el que justificar intervenciones militares o ataques a los grupos o países que ellos consideran como el eje del mal o que apoyan este tipo de actos.
El tiempo dirá, pero lo cierto es que esa nación ni respeta las creencias religiosas ni el derecho a profesarlas.
Gráfico representativo de la afiliación religiosa en Estados Unidos:
Mapa representativo de la afiliación religiosa en Estados Unidos por Estados:
(Con información del Heraldo Cubano)
La Santa Mambisa 
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