
Por: Diana Valido Cernuda/ Cubarte
El teatro Karl Marx se estremeció entre conga y rock and roll en la noche de este jueves. El espíritu del Caballero de París llegó para quedarse en esta nueva propuesta musical que lo acerca a La Habana y su gente.
Bajo la dirección coreográfica de Eduardo Blanco y las acertadas composiciones musicales de los populares intérpretes Decemer Bueno y Kelvis Ochoa, se llevó a escena El Caballero de París, el musical de la Habana. Un espectáculo que impresionó por la destreza técnica alcanzada en las coreografías y la calidad musical de los temas adaptados a cada historia.
El sueño de un niño constituye el hilo conductor para moverse por diferentes facetas de la vida del caballero, sin compromiso alguno con versiones especificas de historiadores. Es así como logran visualizar la travesía del Caballero desde su aldea en España hasta la capital de la mayor de las Antillas. De igual forma, otra de las coreografías representa la pérdida de su primer amor, experiencia que según los estudiosos del tema marcó la soledad de su vida…
Vale destacar el uso acertado de los audiovisuales para jugar con la proyección escénica de bailarines y músicos. En este sentido resaltó la participación de los acores Laura de la Uz y Ulises Toirac.
Otra de las riquezas que mostró el musical fue sin lugar a dudas el recorrido por diferentes géneros. Desde el rock and roll, pasando por el mambo, la rumba hasta llegar a la conga. En cada una de las once escenas, las proyecciones de los bailarines fluyeron a tono con los diferentes temas. El joven bailarín Alberto González que interpreta al Caballero impresionó al público por su histrionismo y limpieza técnica.
El musical se extenderá los días 18, 19, 20, 24, 25, 26 y 27 (jueves, viernes y sábados a las 9 a.m. y domingos a las 5 p.m.).
Una nueva propuesta musical nos acerca a aquel hombre que dejó su espíritu en las calles de La Habana. Un filósofo de la vida y amante de los niños. Una figura rodeada de leyendas que sigue perdurando en la memoria de los cubanos.
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