Por: J. M. del Río
Dediqué mi anterior comentario a narrar algunos aspectos de mi encuentro con un amigo que conozco desde que era un niño y que por decisión propia emigró hacia los EE.UU. hace aproximadamente 15 años. La conversación que sostuvimos, por interés suyo, versó principalmente sobre el tema migratorio y muy en especial sobre las particularidades del Decreto Ley No 302, que entró en vigor el pasado 14 de enero, modificativo de la Ley 1312 “Ley de Migración”, de septiembre de 1976.
Por sus preguntas me percaté, creo que es la millonésima vez que lo hago, de cómo se manipula la información sobre Cuba en los EE.UU. y con mucha más virulencia, en el Sur de la Florida. No hay que ser un especialista en el tema para conocer que en esa región reside el más alto números de cubanos radicados en el exterior. Algunas estadísticas indican que los cubanos que viven en la Florida representan más del 6% de la población total de ese Estado. Esto explica el porque en esa zona hay igualmente una alta concentración de organizaciones de corte contrarrevolucionario, que aunque sus integrantes representan una minoría con relación al universo de cubanos emigrados radicados en esa zona, desde el mismo 1ro de enero de 1959 han pretendido erigirse en los “lideres” del mal llamado “exilio cubano”.
Mi amigo expresó que el optó por radicarse fuera del área de Miami, para evitar el ronroneo de esas organizaciones contrarrevolucionarias, que con su constante parloteo tratan de marcar la pauta de lo que debe hacerse y decirse con relación a Cuba.
“Ahora lo que está en el tintero es el tema de las modificaciones de la Ley migratoria cubana -dijo mi amigo- y como tu debes saber sobre eso, vengo a hacerte algunas preguntas”.
Eso fue un “ataque directo” que no pude eludir, aunque le aclaré que no era especialista en el tema ni nada parecido. Que simplemente había estado siguiendo con interés las informaciones que se han publicado en los medios masivos cubanos y que, como muchos de mis correligionarios, me había apurado para comprar la Gaceta Oficial No 44, publicada con fecha 16 de octubre de 2012, donde aparecía el Decreto Ley No 302 y otros Decretos y Resoluciones que trataban sobre este asunto y que incluía la edición actualizada de la Ley No 1312 “Ley de Migración”, de 20 de septiembre de 1976, con las modificaciones adoptadas.
Le expresé que lo primero que debía hacer, si no lo ha hecho ya, es buscar vía Internet, en el Portal de la Dirección de Inmigración y Extranjería una copia de esa Gaceta Oficial ((Descargue la Ley de Migración PDF (212 Kb))) y después documentarse a través de fuentes autorizadas, en su caso, la Sección de Intereses de Cuba en Washington.
Dijo que en el Sur de la Florida había un hervidero de comentarios, porque según su apreciación, una mayoría de los cubanos radicados allí consideran que la nueva Ley migratoria cubana, favorece la reunificación familiar.
Que los representantes de las organizaciones “anticastristas”, los más radicales y extremistas están centrando sus ataques en plantear que nada ha cambiado, que los cubanos que antes no podían salir de Cuba no van a poder hacerlo ahora tampoco y que lo mismo sucederá con los que están en el exterior y no se les permitía entrar.
En este momento del intercambio le pedí que reflexionara un poco sobre esa generalización mal intencionada que hacían nuestros enemigos, que de hecho se convertían también en enemigos de los emigrados cubanos que aspiran a un clima de paz y de relajamiento, que les permita visitar a sus familiares en Cuba y que eventualmente sus familiares que quieren o no emigrar, puedan ir a visitarlos o radicarse con ellos, sin absurdas regulaciones que se lo impidan.
Le pregunté si el hiper-democrático y ultra defensor de las libertades del ser humano, gobierno de los EE.UU. permitiría la entrada a ese país de un connotado terrorista o de un conocido y circulado traficante de drogas, integrante de un cártel de la droga. Cuando admitió que eso no era posible, le pregunté que entonces por qué se le pedía a Cuba que permitiera la entrada de un conocido, identificado y circulado terrorista, miembro de una organización contrarrevolucionaria que ha estado actuando contra Cuba de forma abierta y descarada durante todos estos años. Si otros países se arrogan ese derecho ¿por qué quieren negárselo a Cuba?
Mi amigo, el emigrante, reconoció también que los congresistas de origen cubano van a seguir atacando las medidas adoptadas por Cuba en el terreno migratorio y en cualquier otro campo, porque esa es su razón de ser.
“Estos personajes históricamente se han opuesto a cualquier cosa que implique una normalización de las relaciones entre los EE.UU. y Cuba. Lo que hay detrás de eso es que temen que se produzcan cambios en sus respectivos distritos electorales, partiendo del criterio de que la mayoría de los cubanos radicados en los EE.UU. desean relaciones normales con su país y con sus familias. Por otra parte con la flexibilización por la parte cubana, se da el caso que el llamado “régimen tiránico” de Cuba permite libremente que los cubanos puedan viajar a donde lo deseen, mientras que estos congresistas ultra-conservadores continúan promoviendo la absurda política de que a los ciudadanos norteamericanos se les prohíba viajar a Cuba.
Finalmente mi amigo comentó que hay personas en el Sur de la Florida que están temerosos ante la posibilidad de que se produzca un éxodo masivo y se están cuestionando sobre si la llamada “Ley de Ajuste Cubano” y la política de “pies secos, pies mojados” tenga razón de mantenerse, ante la realidad que se presenta con la nueva Ley migratoria cubana.
Le aseguré a mi amigo que todo lo que nuestro Gobierno hacía tenía como paradigma la dignidad humana. Que esta era una asignatura pendiente, que se estaban dando pasos para normalizar las relaciones con nuestra emigración y que esta nueva Ley que entraría en vigor a partir del 14 de enero era una muestra de ese empeño. Que había que cuidarse de los que siempre han tratado de obstaculizar esas nobles intenciones, porque esos son enemigos de todos.
Deja una respuesta