Por: Arthur González
Toda hace indicar que la diplobloguera oficialista de Washington Yoani Sánchez Cordero ha recibido nuevas orientaciones de los oficiales de la CIA que la guían en su carrera como “opositora” al gobierno cubano. Quienes hayan leído algunos textos escritos por ex oficiales de la CIA como los de William Blue, John Stockwell o Phillip Agee, verá que su actuación es copia fiel de otros planes de la CIA ejecutados entre 1960 y el 2009, casi no hay nada nuevo en materia de manipulación mediática y fabricación de imagen.
Desde su regreso de la Republica Checa y de España, la diplobloguera está emitiendo señales de la nueva línea de acción impartida para cuando retorne a Cuba y ha empezado a brindar informaciones de sus planes inmediatos, en los que busca una confrontación más abierta con las autoridades cubanas, quizás por la promesa de un fuerte apoyo político a cualquier respuesta legal por parte del gobierno, con el respaldo algunos partidos y organizaciones internacionales de derecha.
En este sentido, declaró durante una rueda de prensa celebrada en México, posterior a su participación en la sesión semestral de la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP), que “regresaba a Cuba a fundar un medio de prensa. Sé que es imposible, que legalmente es imposible, pero no seré yo quien me ponga los límites. La vida me ha enseñado que el muro se tumba empujando de cara al mundo”.
Su nueva provocación está ya bien delineada, buscará violar la ley y después se presentará como víctima del régimen con el apoyo orquestado de la CIA. ¿A caso eso mismo no lo han hecho hasta con los golpes de estado que ejecutaron durante años en América latina, los asesinatos de dirigentes políticos y otras patrañas diseñadas por la Agencia?
Yoani misma lo dijo en esa rueda de prensa, al asegurar que ya cuenta con el respaldo y protección de la gente que ha conocido en la gira que realiza por América y Europa. ¿A qué gente se refiere, a los miembros de las organizaciones que trabajan para la CIA en Chequia y España. Seguramente si.
Para darle más dramatismo a sus actos se autodefinió como un “producto del siglo XXI” por su “pericia” en el uso de las tecnologías, pero omitió referirse al apoyo total de la CIA en su proyecto Generación Y, al ancho de banda que posee, a la traducción inmediata a 9 idiomas que recibe de forma “gratuita” por “colaboradores internacionales” y a los medios técnicos que le llevan hasta su casa emisarios de la CIA, bajo la cobertura de simples e inocentes “turistas”.
En la campaña de imagen fabricada por los norteamericanos en su guerra sicológica contra Cuba, la diplobloguera de Washington asegura que ha enviado más de 15 mil mensajes en la red social Twitter durante cinco años, a pesar de repetir que “por su precio actualmente Internet es prácticamente inaccesible para los cubanos ya que por una hora a la red la gente tiene que pagar un tercio o la mitad de su salario mensual”. ¿No se dará cuenta que en el mundo hay muchas personas inteligentes y que saben contar? Si esto es así de simple y ella tiene tanta pericia tecnológica, ¿cómo puede sufragar sus gastos si ella ni su esposo trabajan?
¿Serán magos, además de productos tecnológicos del siglo XXI, o es que tienen un financiamiento de los yanquis que les permite hacer todo lo que asegura hacer?
Cada uno que saque sus propias conclusiones, yo por mi parte hace rato que saque las mías. La CIA paga sus actividades, de eso no me cabe la menor duda.
La Santa Mambisa 
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