Transcurría la década del 90 del siglo XX y Cuba presentaba una situación económica sumamente difícil y la Federación de Mujeres Cubanas de la provincia de Villa Clara convocó a sus afiliadas a integrarse en el Contingente Las Marianas que tendría la responsabilidad de realizar tareas agrícolas, entre esas trabajadoras y amas de casa estaba Clara Herrera Hernández, dependienta de la tienda Variedades Ultra.
Cada día durante cinco años esta gran mujer acudía a las labores en el campo y por su entrega y dedicación la nombraron jefa de brigada al frente de 19 obreras sin dejar de hacer las faenas que le correspondía como el resto del colectivo durante cinco años.
Por su larga trayectoria política y laboral fue elegida Heroína del Trabajo de la República de Cuba, y a pesar de contar con 69 años de edad continúa su ejemplar trabajo como dependienta de la tienda en la que se incorporó con 14 años.
Una entrega de más de medio siglo
La situación económica familiar hizo que Clara Herrera Hernández comenzara a trabajar como auxiliar de limpieza en una casa particular de la familia Sánchez en Santa Clara, los dueños de un establecimiento donde se vendía ropa.
Además de realizar las labores de higiene con 14 años de edad, debía cobrar la cuenta de los clientes y le asignaban la tarea de vigilar a quienes entraban al centro. Por todas estas actividades recibía una salario ínfimo, pero ella sabía que podría hacer su aporte económico a su familia la obligaron.
Cuando llegaba algún inspector al establecimiento tenía que esconderse, pero un día a la adolescente la sorprendieron y ella ante el temor de que la sacaran del empleo se vinculó al sindicato.
Al triunfar la Revolución en 1959, intervinieron la tienda y comenzó en Variedades Ultra donde se encuentra desde hace 56 años.
Clara se percató que este cambio social en nuestra Patria contribuiría al mejoramiento de la clase obrera y desde el primer l momento se incorporó a las tareas de la Revolución.
En los fines de semana se incorporaba a las movilizaciones en la agricultura: recogida de café en las zonas del Escambray o a la cosecha de tomate Siempre que había alguna interrupción en la tienda por falta de mercancías, se integraba a las labores agrícolas.
Las Marianas una de sus tareas más hermosas
Incorporada al Contingente, Clara Herrera Hernández se trasladaba en bicicleta a los lugares donde estaban las siembras y no regresaba hasta que no concluía la venta en horas de la tarde. Sus principales producciones eran el pepino, tomate, lechuga, rábano y zanahorias.
Recuerda que en los alrededores había una presa y también ofertaban tilapia y tenca que el centro capturaba.
En Las Marianas se destacó en los encuentros que se realizaban de técnicas comerciales y gastronómicas en las que ocupó primeros lugares por la calidad de los servicios.
Durante 7 años ganó premios en el Concurso Fernando Chenard Piña, mártir del sector del Sindicato Nacional de Comercio, la Gastronomía y los Servicios al cual pertenece por labores de muñequería y artesanía.
Esta incansable trabajadora también realiza actividades en la comunicada y desde hace muchos años ocupa el cargo de secretaria general del bloque 182 de la Federación de Mujeres Cubanas en la ciudad de Santa Clara, donde ha sido reconocida por sus resultados relevantes.
También es presidenta del Comité de Defensa de la Revolución donde reside y auxiliar del Batallón Femenino de Tránsito.
Clara quiere hacer justicia y reconocer el apoyo de su suegra, quien la ha apoyado durante todos estos años y además contribuyó a la educación de sus dos hijos varones.
Hoy es una abuela muy feliz porque la vida la premió con cinco nietos y una bisnieta, pero sobre todo muestra una inmensa alegría por la unidad que impera en su familia y por los valores que le ha inculcado.
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