El silencio de los corderos (#Cuba #YoaniCIA #Snowden #US #Egipto #Turquía)

ARTHUR GONZÁLEZ

Los que sirven al imperialismo norteamericano a cambio de cuantiosas sumas de dólares, se han quedado mudos ante los acontecimientos ocurridos recientemente en países autoproclamados “democráticos” y hasta “campeones” de los derechos humanos.

Así son los casos del súper escándalo de espionaje mundial que el gobierno de los Estados Unidos ejecuta contra los principales países europeos, a pesar de ser sus aliados incondicionales, lo que fue revelado por el empleado de la Agencia Central de Inteligencia y cooperante de la Agencia de Seguridad Nacional, Edward Snowden, algo que se sabía pero no con los detalles tan precisos denunciados por este joven asqueado de tanta doble moral.

Sobre este acontecimiento que estremece a los ciudadanos europeos al descubrir como se violan todos sus derechos civiles, los asalariados de Washington como su bloguera oficialista, Yoani Sánchez Cordero, no se pronuncian ni acusan a sus patronos de controlar las conversaciones telefónicas, los Email, blogs y Twitter.

Para esta total intromisión en los asuntos personales de millones de ciudadanos no hay una sola queja o denuncia, es como si no hubiese pasado nada.

Respecto a la fuerte represión en Turquía contra miles de trabajadores, estudiantes y profesionales, con el empleo de fuerzas especiales       que golpean salvajemente a simples ciudadanos opositores al régimen, ni una sola letra en su apoyo.

Algo similar percibimos en esos lacayos pagados por los norteamericanos en Cuba, sobre la violencia policial que se está llevando a cabo contra los islamistas en Egipto.

Allí los muertos, heridos y detenidos se cuentan por docenas, cientos y miles, sin embargo el siempre “preocupado” por los derechos humanos en Cuba, Elizardo Sánchez Santa Cruz Pacheco, no se ha dignado en escribir unas líneas a la Comisión Interamearicana de Derechos Humanos, o a la alta Comisionada de la Unión Europea o al relator de Naciones Unidas exigiéndoles que se pronuncien por un procedimiento justo sobre esos seres humanos y que se de un tratamiento adecuado a los detenidos.

Tal parece que para Elizardo ellos no merecen apoyo por la represión que reciben de la policía y ejército egipcio, que ha dado un golpe de Estado sin tapujos ni miramientos.

A este silencio se suman la inculta y grosera Berta Soler de las Damas de Blanco y el faquir cubano Guillermo Fariñas, ambos premiados con el “Andrei Sajarov”, entregado recientemente por el parlamento europeo.

Esta es la doble moral que representan los que se autoproclaman defensores de los derechos humanos, por supuesto al servicio del gobierno norteamericano en su campaña mediática contra la revolución cubana.

En Cuba jamás se han producido actos semejantes a los de Turquía o Egipto y sin embargo los asalariados de Washington se la pasan haciendo denuncias para crear una matriz de opinión contraria al gobierno revolucionario. Pero ante las verdaderas violaciones hacen silencio absoluto.

El parlamento europeo tampoco exige o sanciona a esos países y se hacen cómplices de las acciones represivas al no condenarlas.
La razón es clara y sencilla, tal y como la plasmó en un documento el 4 de mayo de 1961 una comisión norteamericana dirigida por   Paul Nitze, Secretario Asistente de Defensa para Asuntos de Seguridad Internacional en ese entonces, e integrada por  representantes de los departamento de Estado, Defensa, Justicia, de la CIA y la Agencia de Información de los Estados Unidos, en el cual afirmaron que:

…Fidel Castro ha aportado un ejemplo de trabajo de un estado comunista en las Américas, desafiando exitosamente a los EE.UU. Además, ha extendido el sentimiento antinorteamericano, un sentimiento comúnmente compartido por lo no comunistas. Su supervivencia frente a los esfuerzos persistentes estadounidenses por sacarlo del poder, incuestionablemente ha disminuido el prestigio de los Estados Unidos….

Por tanto, ante las verdaderas violaciones de los derechos humanos en este mundo cometidas por el gobierno norteamericano y la CIA, se mantendrá el silencio de sus corderos.