EL DUENDE/ RADIO MIAMI
Cuando escuchamos en boca de algunos cubanos de la raza negra decir que en Cuba ellos son actualmente discriminados por el color de su piel, nos vienen a la memoria los recuerdos de juventud, cuando formábamos parte del “Comité contra la Discriminación Racial” de la Federación Estudiantil Universitaria, allá por el año 1948 en plena Democracia Representativa de la tan cacareada “Cuba de Ayer”.
Pues bien, en aquellos tiempos tan «democráticos» los negros no podían ir a los Cabarets ni alojarse en los hoteles de categoría como el Nacional. A la cantante negra norteamericana Josephine Baker que venía de Paris a actuar en La Habana, no la dejaron alojarse en el Hotel Nacional. En el Parque Martha Abreu de la ciudad de Santa Clara como en otros del interior de la isla, veíamos como las personas de la raza negra tenían que pasearse sin mezclarse con los blancos.
Ningún negro podía hacerse socio de un Club social de blancos, ni siquiera en aquellos que costaban apenas tres pesos al mes por familia. Las playas de los Clubs de Marianao estaban vedadas para los negros. En las grandes tiendas de La Habana como El Encanto, Fin de Siglo o La Época, no había dependientes de la raza negra. Si acaso, mulaticas bien atractivas, que pasaran por blancas. Así era entonces la vida discriminadora de la sociedad cubana de entonces.
El tema de la discriminación racial en Cuba es para largo y tendido. ¿Cuántos de esos que hoy hablan de discriminación racial? no hubieran llegado en la Cuba de ayer, a otra cosa como no fuera a repartidores de periódicos, limpiabotas, o vendedores de de frutas en carretillas, por las calles de La Habana, pregonando mangos del Caney, platanitos manzanos o naranjas de china dulces. Que para los negros en Cuba, cualquier tiempo pasado no fue mejor. Ahí se las dejo y los pongo a pensar.
Quien habla de discriminación racial en Cuba, no sabe de qué está hablando
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