EL DUENDE DEL MÁS ALLÁ
Leo en la prensa cubana que se le ha dado paso a una nueva reforma económica que establece la fundación de cooperativas no agrícolas en varios renglones de la producción, entre ellas en el giro de los servicios gastronómicos.
El propósito de esta nueva reforma económica establecida por el gobierno cubano es darle paso al cooperativismo socialista- el Estado no puede controlarlo todo- a la vez que de esa manera se hace que los servicios a la población sean más eficientes y se le ponga coto al robo que tanto daño le hace a la economía cubana en general.
Viene bien la medida cooperativista porque quizás el más grave defecto del sistema estatista establecido en Cuba a lo largo de los años de Revolución, muy especialmente desde el inicio del llamado “Periodo Especial”, haya sido la sustracción de los insumos ene los centros en trabajo por parte de los empleados y trabajadores- los jefe en primer lugar- para cada cual “resolver” sus problemas de falta de recursos o abastecimientos, o lo que es lo mismo, robo reiterado al Estado sobre la base eufemística de que el “robo” al Estado- a papá Estado- no es robar, sino “Resolver”.
Donde más se puede constatar tan viciosa practica es en los restaurantes operados por administración estatal. El robo en la inmensa mayoría de los centros de comestibles en manos del Estado es rampante. De ahí que en su inmensa mayoría todos los restaurantes en manos estatales sean incosteables y que el servicio y la comida sea de tan pésima calidad.
Está más que probado en la práctica que donde el Estado tiene a su cargo la administración de un restaurante o una cafetería, el servicio al cliente es malo y la comida que se sirve no puede ser peor. Dar buenas propinas no resuelve nada porque el mal viene de la cocina y no del salón comedor.
En contraste, los llamados “Paladares” particulares han demostrado como dicen algunos, que bajo el “ojo de amo engorda el caballo”, lo cual se ha convertido en un argumento a favor de la economía privada, algo que de llevarse a toda la escala nacional en todos los renglones de la economía nacional , llevaría a Cuba de vuelta al capitalismo egoísta y salvaje dejando atrás los sueños altruistas de una Revolución Socialista.
Pero la respuesta a la ineficiencia estatal para operar restaurantes no está solo en los “Paladares” y cafeterías privadas, sino que el Estado debe profundizar el experimento ya iniciado recientemente de entregar a los trabajadores los restaurantes estatales para que se establezcan en ellos cooperativas privadas operadas por los propios empleados sin intervención estatal de manera que siendo los propios trabajadores los dueños de la empresa, tendrán el buen juicio de hacer las cosas como deben ser, sin que ninguno de ellos sea capaz de “resolver” sus problemas de escaseces robando insumos al restaurante-cooperativa del que forma parte, porque entonces se estaría robando a sí mismo.
En el proceso de convertirse en cooperativas están más de 20 restaurantes estatales solamente en La Habana . Uno de ellos es “El Jardín” de la calle Línea en El Vedado. Se debiera seguir por ese mismo camino en toda la isla y para no perder el ritmo, hacer lo mismo en “El Carmelo” de la calle Calzada y en la “Casa Potín” de Paseo y Línea, dos históricos restaurantes de El Vedado, que en sus tiempos de esplendor fueron modelo en su servicio al cliente y con comida espectacular.
Adelante con el cooperativismo que es la mejor fórmula de socialismo, porque es altruista y no egoísta. Es el mejor antídoto contra el capitalismo salvaje, que algunos predican como la mejor solución a todos los males.. ¿Se puede robar uno a sí mismo? Creo que no. Digo yo.
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