Con que se sienta la cucaracha (#Cuba #Miami #EEUU #Madrid #España #PP #PE #UE #ONU #Europa)


cucarachas disidente
J.M del Río

Este es un dicharacho que he escuchado desde niño, que la sabiduría popular ha utilizado magistralmente para referirse a esos casos, en que las personas pretenden cubrirse de ventajas de todo tipo sin “disparar un chícharo”[1] hasta que un día revienta la olla. Eso le cae como anillo al dedo al grupo de “turistas de la oposición”  que han estado despotricando contra nuestro país en periplos privilegiados, con todos los gastos cubiertos, facilidades migratorias y otorgamientos de visas de forma expedita para visitar algunos países, donde llegan como irresolutos parlanchines, dispuestos a vender su alma al diablo (digo al imperio) por unas migajas.

En ese grupo se encuentran algunos que aún no han suplicado el privilegio de los viajes pagados, pero están en la cola y reciben su mesada a través de veredas y atajos creados al efecto, por los mismos que no vacilarían en facilitarles peregrinajes difamatorios, en el momento oportuno para ellos. Los invito a que analicen la lista que más abajo relaciono, de fantoches que viven “como carmelina”[2] en nuestro país; que como se sabe sin necesidad de recurrir a Sherlock Holmes,  son mantenidos por el gobierno de los EE.UU. y sus acólitos porque, como “bichos”[3]  que son, escogieron como actividad exótica y provechosa la de contrarrevolucionarios cipayos, que por desbarrar contra su país se “tocan con limón” con el presupuesto que, para intentar subvertir el orden interno en Cuba, aprueba todos los años el Congreso de los EE.UU. a instancias del Presidente de turno.

A partir de la anterior aseveración tenemos que ni Guillermo Fariñas (El coco), ni Elizardo Sánchez-Santa Cruz Pacheco (El “Camaján”), ni Martha Beatriz Roque Cabello (la economista que sabe aprovechar bien la plata que recibe), ni Berta Soler (la “Doña” emisaria del Papa Federico «así lo llamó ella»), ni José Daniel Ferrer (el grupusculero “yoista” que sabe más que nadie sobre actividades de contrainteligencia), ni Yoani Sánchez Cordero (la ciberdisidente creída de 1ra categoría), ni Antonio González Rodiles (el agorero de las soluciones económicas y sociales magnas para nuestro país),  ni otros tantos, tienen que  sudar la camisa (o la blusa) en estos momentos para ganarse el pan (y otras cosas más) diario. No les hace falta porque, para cubrir sus manías, caprichos y excentricidades materiales,  reciben una porción de las monedas que sus mentores dosifican como pago a sus felonías, por haber escogido como medio de vida el exótico y bien remunerado oficio de contrarrevolucionario.

¿Y con qué se sienta la cucaracha para desempeñar algún rol en la cotidianidad de nuestro país, que no sea el de ramplón cipayo?  Eso me dicen los letrados del barrio cuando analizan las andanzas de estos paladines del desasosiego, que no acaban de poner el huevo y como veletas que señalan la dirección del viento, se mueven a voluntad de sus mentores y repiten como papagayos cada una de las bazofias que contra Cuba preparan los especialistas de la CIA. Claro está que a “pesar de los pesares” Cuba sigue ahí. Se produce de forma ordenada, pausada y segura, sin prisa, pero sin pausa, un colosal cambio sobre la base de los Lineamientos aprobados por el VI Congreso del Partido Comunista de Cuba, tras una amplísima discusión popular. Hemos emprendido resueltamente un profundo y meticuloso trabajo de actualización del modelo económico, con la participación directa de todos los cubanos.

Pero estos mercachifles, ignorando la capacidad popular de renovarse dentro de la Revolución, balbucean críticas prefabricadas sobre la base de lo que ha provocado los más de 50 años de medidas de brutal asedio económico. ¿O es mentira que existe esa inmoralidad del bloqueo económico, financiero y comercial contra nuestro país, desde prácticamente el momento mismo en que la  Revolución daba sus primeros pasos? Roma paga a los traidores, pero los desprecia y estos lamebotas, como muchos de sus congéneres, recibirán paga, dádivas y sobornos mientras que sus vilezas e ignominias les sean de alguna utilidad práctica a sus amos.

Recuérdese que para el imperio no hay ni amigos, ni aliados, ni sirvientes, ni lacayos, ni lamebotas eternos. Lo único eterno para ellos son sus intereses. Así que “vuelvo y repito”: ¿con que se sienta la cucaracha?

 


[1] Del habla popular: vivir sin trabajar.

[2] Idem.

[3] Persona aviesa que quiere pasarse de pícaro.

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