“(…)quien traiciona al pobre, traiciona a Cristo… Siempre hicimos lo posible para que no se pudiera desarrollar ningún sentimiento antirreligioso en la Revolución, por una cuestión de principios, por respeto a las creencias y porque son realidades las religiones y los sentimientos religiosos.”
Fidel Castro
(Frei Betto, Fidel y la Religión, 1985).
MARIA CARLA GONZÁLEZ – Durante una entrevista entre el Papa Francisco y un grupo de jóvenes belgas, donde se abordó el tema de la pobreza, el Papa indicó: «Para mí, el alma del Evangelio son los pobres. Hace dos meses escuché a una persona que dijo: ‘¡Siempre hablando sobre los pobres, este Papa es un comunista!’ No, ésta es una bandera del Evangelio, la pobreza sin ideología: los pobres están en el centro del Evangelio de Jesús».
Esta frase me recuerda lo declarado por Rush Limbaugh, vocero del Tea Party cuando afirmó “lo que dice el papa es puro marxismo” refiriéndose al contenido de la exhortación apostólica “La alegría del Evangelio” e incluso llegó a valorar la posibilidad que “alguien la hubiera escrito por él o lo hubiera influenciado”.
Esta insinuación ingenua de encasillar al Santo Padre en una ideología fue ampliamente mediatizada por la gran prensa corporativa. Claro está, les convenía acusar a un hombre que denuncia y ataca directamente al mercado enajenante y manipulador del capitalismo salvaje, al cual identifica como sistema político y económico injusto e inmoral, aquel que critica la pobreza, la injusticia en el mundo, la exclusión de los pobres en los programas sociales y en política y que denuncia la realidad dolorosa de los pueblos, “donde el poderoso se come al más débil”(cita textual cómo se recoge en la exhortación apostólica, punto 53), ese hombre que no evita el fuego por temor a quemarse y se opone al mercado sacrosanto potenciado por la extrema derecha. Francisco no sólo ayuda a los pobres sino que va a la raíz de su pobreza.
Resulta, que estas recientes afirmaciones del papa han servido para que todos aquellos que se sintieron “ofendidos” por el Evangelii Gaudium y declaraciones transparentes, como: “Nunca he sido de derechas”, manipulen su conversación y coloquen titulares como “El papa dice que no es comunista” o “El papa afirma que el comunismo robó la bandera de la iglesia” para intentar contraponer el marxismo al catolicismo.
Estos medios olvidan la misma Doctrina Social de la Iglesia está basada en el Evangelio de Jesucristo, defendiendo tres grandes principios y valores contrarios a las posturas derechistas extremas: el destino universal de los bienes, la función social de la propiedad y el principio de solidaridad.
Cualquier estudioso del catolicismo debe concordar conmigo en que teóricamente existen puntos comunes entre el marxismo y la iglesia católica cuando buscan el bienestar y el fomento de los valores del hombre a través de la politicas sociales que así lo permitan, mientras el capitalismo, como se ha comprobado a lo largo de la historia, propicia desigualdad, consumismo, egoísmo y pobreza, lo hace al capitalismo el enemigo intrínseco del cristianismo.
Pero el Papa, ni es ni puede ser Marxista, porque no tiene una ideología particular, sino que se guía por el corazón del evangelio, como hizo Jesús, para buscar el bienestar de los pobres, por lo que de ningún modo podrá ser un Capitalista neoliberal.
Diría que el comunismo retomó y le dio un nuevo sentido al estandarte de la justicia social de la iglesia. Los criterios y acciones del papa son de utilidad para los que desean un futuro de paz para el mundo sin importar ideologías.
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*editora del blog
El Papa Francisco, ¿un marxista?
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