El abogado, diplomático y político uruguayo miembro del Frente Amplio; y la voz internacional del ex presidente José Mujica, se apartó de la fe.
Decía el Papa Francisco, «Nuestra Fe siempre es revolucionaria, ése es nuestro más profundo y constante grito», en su paso por América , cuando le hablaba a los desposeídos.
El ahora Secretario de la OEA, responde a agendas diseñadas en buroes de habla anglófona y algún que otro millonario «despojado» de riquezas, a golpe de razón y despertar de la conciencia de masas.
En sus huellas de Wikipedia, puede observarse que «fue un activo participante en la consolidación de UNASUR y CELAC y como miembro de la delegación especial de UNASUR a Venezuela en 2014 fue reconocido omo promotor del diálogo entre gobierno y oposición para frenar la violencia de aquel momento»
Su fe era visible porque validaba el «No dejes que se humille al oprimido. !Haz que te alaben el pobre y el humilde! Salmo 74.21; pero el Secretario se olvidó de palabras sagradas como: «Los hombres malos no entienden de equidad» Proverbios 28.5.
Si recordamos, él se unió a quienes escucharon a Mateo 5:9 «Bienaventurados los que trabajan por la pas, porque ellos serán llmados hijos de Dios»; pero ¿Qué pasó en su andar por las «calles» del norte?
Su accionar no convence de practicar diseños subversivos contra la patria venezolana ; aunque ya fueron advertidos cuando «Si una casa está dividida contra sí misma , esa casa no podrá subsistir.» Mar 3:25. La ola mediática en que surfea el Secretario, así lo demuestra y dirige su brújula en esa dirección.
El Mr. Almagro ahorita se muda para donde le reservan espacio y otorgarán méritos por la intención de sus esfuerzos -ocurrió con otros empleados-; mas no por los resultados, porque como iluminaba el Papa Francisco, está prohibido olvidar, Sí Secretario, olvidar.
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