Como parte del Havana Film Festival se realizó la presentación de este largometraje centrado en la vida de Acosta y en el cual él se interpreta a sí mismo.
Según contó a la audiencia antes de proyectarse la cinta, ese trabajo resultó un viaje muy personal y traumático: ‘a veces, dejar al descubierto mi vida fue un poco doloroso’.
Un día voy a morir, obviamente, pero mis hijos y mis nietos podrán conocer esta historia, que en muchas formas, será también la suya, expresó quien es considerado uno de los más icónicos bailarines cubanos.
Acosta agradeció a la cineasta Icíar Bollaín, que asumió el reto y se enfrentó a dirigir a muchas personas que no tenían experiencias previas en la actuación.
Nueva York es una ciudad muy querida para mi, tuve una segunda carrera aquí en el American Ballet Theatre y me da mucha alegría compartir esta historia con los muchos amigos que he visto en la audencia, dijo al público reunido anoche en el DGA Theatre.
Puede que me vuelva loco y se me caiga el pelo, bromeó.
En realidad estoy joven y creo que tengo fuerzas para asumir todo esto, creo que es posible si se mantiene un trabajo duro y disciplinado, apuntó.
Yuli recrea la infancia y la adolescencia de Acosta, para quien la familia, principalmente su padre, resultó crucial en su formación artística.
Esta producción del 2018 toma el nombre que daba Pedro Acosta a su hijo, a quien consideraba protegido por Oggun, una de las deidades de la religión yoruba, mezcla de creencias africanas y cubanas.
De acuerdo con la crítica especializada, la realización de Bollaín es un tributo a La Habana y a un artista inspirador en una cinta que combina con maestría drama y danza, cinematografía y música.
La película -basada en un libro autobiográfico de Carlos Acosta- cuenta con actuaciones estelares del propio bailarín, Laura De la Uz, Santiago Alfonso, Kevin Martínez (miembro de su compañía de danza) y el niño Edilson Manuel Olbera, entre otros.
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