Miami donde la seguridad ciudadana es incierta.


Por Arthur González.

En el año 2017 el presidente Donald Trump declaró que Cuba no es un lugar seguro para ser visitada por los norteamericanos, a partir de la fabricación de falsos ataques acústicos a algunos de sus diplomáticos acreditados en La Habana, especialmente a los oficiales de la CIA que trabajaban bajo la fachada diplomática.

Su intención es una sola, afectar más la economía de la Isla ahuyentando a los turistas, una medida más de su guerra económica que pretende matar por hambre y enfermedades al pueblo, y que este ante la sostenida situación se lance a las calles para exigir la caída del gobierno.

La realidad demuestra todo lo contrario. En cualquier ciudad cubana se puede andar sus calles a cualquier hora del día y la noche, sin riesgo de ser asesinado, violado o asaltado, como sucede cotidianamente en Miami, pero para esa ciudad no hay recomendaciones de no ser visitada por turistas.

Los diplomáticos estadounidenses presentes en Cuba desde 1977, lo saben perfectamente y declaran que es un país donde tienen plena seguridad para ellos y sus familias, incluso para los oficiales CIA que ejecutan acciones de espionaje y de subversión política.

Sin embargo, en Miami, ciudad del estado de Florida, estudios oficiales realizados por instituciones de prestigio académico como el Miami-Dade College, reportan que el ritmo general de inseguridad ciudadana es alarmante, ante la elevada tasa de homicidios, la cual supera hasta en cuatro veces las de todo Estados Unidos, duplicadas en los menores de 18 años, considerado por dicha institución como una “epidemia de homicidios juveniles”.

Solo ese dato, no reportado jamás en Cuba, sirve de base para que Trump advierta a nacionales y extranjeros, del peligro que representa una estancia en Miami, algo que no hace para no perjudicar su economía.

El informe del Miami Dade College fue avalado por el comisionado Frank Carollo, donde se expone que desde el 2007 Miami presenta, como promedio, una tasa anual de 16 homicidios por cada 100 mil habitantes y el promedio anual de jóvenes muertos oscila entre un 6,0 y un 8,3, por similar número de personas.

Esas cifras avalan que Miami posee el doble de la tasa de homicidios a nivel nacional, duplicando las del condado Miami-Dade, y triplica las de todo el estado de Florida, algo que sustenta una alerta del Presidente Trump, para no ser visitada por turistas.

Según estudiosos en el tema, las razones de tan alta criminalidad radican en la desigualdad económica y educativa de sus residentes.

Otro informe de la organización Goals NOT Guns, expuso que solo entre los años 1999 y 2005 se incrementaron los homicidios con armas de fuego, sin contar los hechos recientes acontecidos en el 2018, que provocaron protestas masivas de estudiantes y acusaciones a políticos, entre ellos al senador Marco Rubio, por recibir altas sumas de dinero de la Asociación Nacional del Rifle para sus campañas electorales.

Asesinatos, asalto sexual, asalto agravado, robo con fuerza en viviendas habitadas, hurto y robos de autos, son los hechos delictivos presentes cotidianamente en Miami.

Ante esa grave situación, las autoridades ven peligrar la afluencia de turistas nacionales y extranjeros, y tratan de divulgar reportes asegurando que la criminalidad ha bajado, pero al leer diariamente la prensa de la ciudad y escuchar las noticias reportadas por los canales de la TV local, la realidad es que el crimen persiste y la seguridad ciudadana está en peligro.

Un estudio presentado el año 2016 en la página Web de finanzas WalletHub, explica que Miami es una de las seis peores ciudades para asentarse en Estados Unidos.

Los datos fueron recolectados de la Oficina del Censo de EE.UU., la Oficina de Estadísticas Laborales, el Centro Nacional para las Estadísticas Educacionales, la Agencia de Protección del Medio Ambiente, los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades y el FBI, entre otras fuentes.

Para ese informe, se investigaron las 150 ciudades más pobladas de Estados Unidos, examinándose 36 parámetros, incluidos la calidad de las escuelas públicas, el índice de criminalidad, el costo de vida, el índice de divorcios y otros como diversión para la familia, salud y seguridad, educación y cuidado infantil, asequibilidad, y ambiente socio-económico. Este último elemento resultó el peor para Miami, ubicándola en el puesto 144 de todo el país.

El estudio de WalletHub, arrojó que Miami es una de las 30 ciudades más peligrosas del país, situada en el puesto 121 de 150 y ocupó el lugar 145 de 150 ciudades, por todos los parámetros analizados, mientras Hialeah fue peor al situarse en el puesto 147 de 150.

Hialeah posee un 23,1 % de familias que viven bajo el nivel de pobreza, apenas dos puntos menos que Miami.

Estos elementos son suficientemente válidos para aprobar una alerta de Seguridad, recomendando no viajar a Miami, como la que injustamente firmaron para Cuba en su manipulación mediática contra la Revolución y que cambiaron, después de la retirada de sus diplomáticos de La Habana, por la de reconsiderar un viaje a la Isla.

La realidad cubana, su seguridad y tranquilidad son comprobadas por los cuatro millones de visitantes que anualmente pasan algunos días en la Isla, e incluso el presidente Barack Obama y su familia disfrutaron de una estancia placentera, sin el andamiaje de seguridad que emplean en otros países.

Cuba abre sus puertas a todos los visitantes, con hospitalidad y cortesía, algo que en Miami no ocurre por temor a un asalto.

La vida sigue su curso y la verdad se abre paso, y como dijera José Martí:

“En la arena de la vida luchan encarnizadamente el bien y el mal”

 

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